3 Los centinelas me encontraron, los que hacen la ronda en la ciudad:
«¿Habéis visto al amor de mi alma?»
4 Apenas habíalos pasado, cuando encontré al amor de mi alma. Le
aprehendí y no le soltaré hasta que le haya introducido en la casa
de mi
madre, en la alcoba de la que me concibió.